EL LEJANO ALBEDRÍO DE LOS CUBANOS
Si tanto el aserto de libre albedrío se define como la facultad de escoger de modo imprevisible varias acciones igualmente posibles, el concepto como percepción queda totalmente inacentuado para los cubanos. Los cubanos no solo se le ha privado sus derechos privativos, también han quedado enhiesto en las páginas de su misma historia. El cubano es inexistente en un mundo fantásticamente transitorio; donde el estado ha sido quién ha esgrimido a pleno gusto el futuro personal de cada persona. El determinismo dialectico utilizado por el sistema dictatorial cubano se basa preponderantemente en los conceptos Marxistas-Leninistas, empezando por negar las tesis religiosas sobre la existencia de una fuerza fuera del mundo y terminando en un genocidio, pasando por una dinastía asesina que encarcela, asesina y desgobierna utilizando los clásicos métodos de las primeras dictaduras comunistas. El futuro de cuba dependerá del propio futuro y la suerte de los cubanos. La lucha concadenada de los demócratas desde un trabajo fusionado y solido pondría fin al sistema dictatorial y anárquico de la Habana. Los cubanos no tienen como libre albedrío la facultad de escoger sus sueños. La única solución durante más de medio siglo es evadirse del sistema, emigrar. Escoger un modo de vida específica y privativa. Resulta totalmente intermitido existir imparcialmente en cuba. Es el gobierno quién dispone de su futuro. Es el estado quien le dice a cada cubano lo que tiene que comer, la cantidad y cuando. Es el gobierno quién ha controlado casi en 60 años todas las actividades sociales, políticas y culturales de la sociedad. Violando permanentemente los 30 aspectos de la declaración universal de derechos humanos y la constitución. El sistema cubano como burguesía moderna se ha basado desde los sistema dictatoriales hasta tomar una forma de dictadura del proletariado, pasando por un sistema dinástico, totalitario, tiránico, absolutista, arbitrario, autocrático; hasta tomar el exergo de las dictaduras más viles del mundo comparadas con Nicolae Ceausescu, Benito Mussolini, o Francisco Franco. Los cubanos desgobernados en su mundo anodino para el sistema, malviven desde su suerte. Es el propio pueblo quién tiene que tomar envergadura ante el gobierno y buscar sus propias libertades, reclamar sus derechos y hacerse respetar como sociedad. El final del sistema dictatorial cubano está indudablemente cerca. Pero quedará claro obviamente a través de la próxima historia de cuba que en ningunos de los períodos en cuba, ningunas de las clases sociales, ni la juventud, ni la clase directiva de los altos niveles del gobierno, ni los identificados directamente con el sistema se han descrito seguidores del régimen compuesto solamente por Fidel y Raúl Castro. Por tal razón, el concepto como percepción queda totalmente inacentuado para los cubanos; aunque el aserto de libre albedrío se defina como la facultad de escoger de modo imprevisible e inopinado entre varias acciones igualmente posibles. Tales percepciones no serán posibles mientras sobrevivan físicamente Fidel y Raúl Castro.
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